Durante el otoño, muchas personas decoran sus jardines con telarañas artificiales para dar un aire tenebroso. Sin embargo, estos adornos representan un grave peligro para la fauna silvestre.
Cada hebra de estas redes falsas actúa como una trampa mortal para aves y pequeños animales que buscan alimento entre los arbustos. Pájaros, mariposas y abejas pueden quedar atrapados, incapaces de liberarse, poniendo en riesgo no solo sus vidas sino también el equilibrio natural de nuestros ecosistemas.
Optar por decoraciones naturales y seguras, como calabazas, ramas secas, hojas otoñales o farolillos de papel, mantiene la magia de la temporada sin causar daño a la vida silvestre.
Proteger la naturaleza comienza con pequeños gestos: evitar el uso de telarañas sintéticas es uno de ellos.
