Para tener un fregadero reluciente y reluciente, como nuevo, basta con aplicar este antiguo y económico método de limpieza.
Comprar un fregadero de acero significa querer darle un toque de clase a su área de cocina, con valiosas notas funcionales adoptadas por la mayoría de las personas. Sin embargo, incluso este material tan querido tiene desventajas, especialmente si la limpieza se realiza con productos inadecuados y corrosivos. El acero tiende a rayarse y mancharse con el tiempo, perdiendo su brillo natural para crear una pátina molesta. Existe un método milenario que se aplica de inmediato, aunque sea barato , para que el fregadero vuelva a estar reluciente y limpio como recién comprado. Averigüemos juntos qué es.
Fregadero de acero en ruinas, ¿cuáles son las causas?
Como se mencionó, comprar un fregadero de acero otorga esas notas preciosas que ponen el acento en todo el ambiente del hogar . Hay muchas ventajas no solo estéticas en el uso de este material, sino también desventajas si no se usa y limpia de la mejor manera. Es importante que un fregadero de acero, considerando su delicadeza, sea tratado con productos que no lo manchen ni lo deslustren.
Con el tiempo, el acero tiende a rayarse y también a perder su pátina brillante hasta que se vuelve viejo y estéticamente imposible de ver. Si luego le sumas el uso de productos químicos con agentes corrosivos, será difícil volver atrás.
Pero, ¿cómo se llega a todo esto? Las principales causas de un fregadero de acero dañado y manchado se encuentran en el desgaste, la falta de atención al lavar los platos y el uso de productos inadecuados. No solo eso, después de su uso, el acero debe secarse por completo para eliminar el exceso de agua y humedad.
Por el contrario, dejándolo completamente húmedo es posible que notes manchas difíciles de eliminar con el tiempo. Los expertos querían dar un pequeño consejo para adoptar un método del pasado, esencial para restaurar el acero a su belleza natural.
Método antiguo para limpiar el acero del fregadero: dos ingredientes son suficientes
Es importante tratar bien el vinagre y limpiar -al menos una vez por semana- esta superficie con el método milenario que ilustran los expertos. Los ingredientes principales son jabón para platos y bicarbonato de sodio.
Vierta dos gotas de jabón para platos en la superficie, junto con una cucharada de bicarbonato de sodio y deje actuar durante unos minutos. Acto seguido, pasar el cepillo con cerdas suaves o un paño, procurando ejercer una suave presión sobre las zonas de mayor interés.
Enjuague bien y luego limpie con un paño para eliminar todos los restos de agua y humedad.
Para realizar este trabajo de la mejor manera posible, es preferible repetirlo una vez por semana, para que el acero esté siempre vivo y reluciente, nutrido en profundidad por la acción directa del bicarbonato de sodio .